miércoles, 25 de mayo de 2011

Actividad Bloque I

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NUESTRA BIBLIOTECA DE AULA

Justificación del proyecto:

El proyecto de Biblioteca de aula que hemos elaborado no tiene nombre, puesto que el nombre se elaborará con los niños. Lo hemos pensado con la idea de crear un recurso que facilite al niño incorporar a su vida cotidiana un tiempo fijo dedicado a la literatura, a los libros. Para que así, los niños aprendan a utilizar este recurso social y conozcan la función que para ellos pueda tener una biblioteca, sintiendo la literatura como algo suyo. Y, sobre todo, para que descubran y disfruten, que conozcan la variedad de los contenidos de los que disponen. 

Así que, debemos presentarles a los niños una variada y extensa oferta y crear en ellos el gusto por la literatura. Y respecto a nosotras, que creamos la biblioteca, debemos aumentar y enriquecer nuestro conocimiento sobre la literatura infantil.


Espacio y diseño:

Este espacio vamos a crearlo para ofrecer al niño la posibilidad de actuar autónomamente y con seguridad, para que surja de él una iniciativa y actúe con libertad.

Debe ser un espacio organizado que el niño pueda controlar; adaptado a las características, necesidades e intereses de los niños del aula. Debemos acondicionarlo a sus posibilidades y sus acciones motrices y cognitivas de modo que el niño se sienta cómodo, que tenga todo a su disposición, y pueda manejar los materiales a su gusto.

Este espacio además de funcional debe ser atractivo y estimulante para el niño. Para eso creamos un ambiente en este rincón que llame la atención de los niños y consiga que el niño quiera acercarse a él. El mobiliario, al igual que los recursos materiales (libros, marioneta, cojines, sillones…) deben estar visibles y ser accesibles; deben estar ordenados y organizados, creando un ambiente favorables para el bienestar del niño.

Se trata de un lugar concreto del aula para la biblioteca, así como, permanente y delimitado que abarque un pequeño espacio, el cual recoja los recursos materiales que estarán al alcance de los niños.

Por lo tanto, ubicaremos la biblioteca en un rincón del aula al otro extremo de la puerta de entrada, pegado a las ventanas para una mejor iluminación y visibilidad. Además, estará situado al lado de la calefacción para que sea un sitio caliente. Dotaremos a nuestra biblioteca de tres estanterías, en dos de ellas colocaremos los libros y en la tercera,  más pequeña guardaremos los carnets de préstamo de todos los niños en una bandeja, “la maleta viajera” y en lo alto de esta estantería estará la mascota de la biblioteca: “El Bibliofante”. 

Contaremos con una alfombra que cubra el suelo del espacio dedicado a la biblioteca de aula y pondremos unos cojines y pufs que usaremos para la acomodación y lectura de cuentos individualmente o en grupo.



Contenido:

Los principales protagonistas de esta biblioteca serán, por supuesto, los libros, por encima de cualquier otro material, que también estará presente en nuestro rincón del aula. 

Los libros deben estar ubicados de forma que los niños los tengan visibles y a su alcance. Los niños deben poder ver las portadas de cada libro, para elegir bien, y el número de libros debe ser suficiente, pero no excesivo y agobiante para el niño. El contenido de los libros debe ser muy variado y adaptado a la edad de los niños que los van a utilizar.

La biblioteca ofrecerá un buen fondo bibliográfico, amplio y de calidad, en base a la elección del profesor que elegirá los libros a partir de sus conocimientos y de los intereses que vea reflejados en los niños del aula. 

Los libros estarán organizados por temas, para facilitar la elección de los mismos por parte de los niños. Aunque esta clasificación que se realizara a gusto de cada aula no se pretende que sea muy rígida, sino orientativa, para el propio control de la biblioteca.

A continuación, damos un ejemplo, una lista de libros que podríamos encontrar en nuestra biblioteca de aula:
  • “Adivina cuanto te quiero”. Sam McBratney.
  • “Enamorados”. Rébbeca Dautremer.
  • “El pequeño conejo blanco”. Xosé Ballesteros
  • “El topo que quería saber quien se había hecho aquello en su cabeza”. Warner Holzwarth. Wolf Erlbruch.
  • “El cazo de Lorenzo”. Isabelle Carrier.
  • “¿A qué sabe la luna?”. Michael Grejniec.
  • “El griño silencioso”. Eric Carles
  • “Frederick”. Leo Lionni.
  • “Siempre te querré”. Debi Gliori.
  • “Cuando me siento solo”. Trace Moroby.
  • “El secreto”. Eric Battut.
  • “Amelia quiere un perro”. Tim Bowley.
  • “Un bicho extraño”. Mon Daporta- Óscar Villán.
  • “Un culete independiente”. José Luis Cortés.
  • “Olivia”. Ian Falcone.
  • “Pienso mesa y digo silla”. Gloria Fuertes.
  • “El punto”. Peter  H.Reynols.
  • “El libro de los 101cuentos”. Anaya
  • “Cuento estoy contento”. Trace Moroby.
  • “Besos besos”. Selma Mandine.
  • “Te quiero un montón”. Juan Carlos Chandro, Mª Luisa Torcida.
  • “Elmer”. David McKee.
  • “Orejas de mariposa”. Luis Aguilar.
  • “Petra”. Helga Bansch.

Hemos escogido estos cuentos porque, en general, pensamos que se adaptan a la psicología  del niño y a sus intereses. Son libros cuyo objetivo es que el niño disfrute y, además, el lenguaje que emplean es adecuado a la edad evolutiva del niño. Otro aspecto que hemos tenido en cuenta a la hora de elegir estos cuentos es que los personajes acaban con valores positivos.


Gestión:

Dedicaremos a la biblioteca un pequeño período de tiempo cada día, y lo proyectaremos en forma de rincón de actividad, junto a los otros rincones que tenemos en el aula, durante el tiempo de juego libre, donde los niños podrán elegir el libro que quieran y ojearlo y leerlo individualmente o en pequeños grupos.

Además de este tiempo diario, realizaremos aproximadamente dos veces a la semana una actividad en la biblioteca, pero será una actividad en grupo (que la profesora cuente o lea un cuento a toda la clase, actividades en torno a algún libro de la biblioteca que les guste especialmente para contárselo, etc.). También haremos una clasificación de los libros de la biblioteca en torno a temas comunes que traten los libros, por ejemplo, el tema del amor, el tema de la amistad…

Elaboraremos un “carnet de préstamo” que los niños utilizarán en la biblioteca de aula. Para ello, a principio de curso, cada niño diseñará en clase, como actividad didáctica, una tarjeta con su foto y nombre que le servirá para poder extraer un cuento de la biblioteca y llevarlo a casa durante el fin de semana, siempre con el control de la profesora. 

Además, otro medio para extraer libros de clase será “la maleta viajera”. Esta maleta no será de gran tamaño y se encontrará en clase durante toda la semana. Los viernes, el niño encargado de la semana se podrá llevar en ella hasta tres libros a su casa para leerlos durante el fin de semana.


Dinamización:

Las actividades que vamos a llevar a cabo para que surja en los niños motivación por la lectura son las siguientes:
  • Habrá un peluche como mascota de nuestra biblioteca, que será un elefante grande al que llamaremos “Bibliofante”. Este peluche lo utilizaremos para que nos ayude a contar los cuentos. Además, el niño que sea encargado de la semana se lo podrá llevar con “la maleta viajera” durante el fin de semana. 
  • Haremos cuentacuentos en los que invitaremos a personas especializadas y a familiares de los niños a contar cuentos para ellos.
  • En cuanto a los rincones, habrá uno dedicado a la lectura, que lo denominaremos “Rincón de lectura”, realizándose donde tenemos situada la biblioteca de aula. Dado que el espacio es limitado, sólo podrán acudir a este rincón un número determinado de niños,  llevando a cabo la profesora el control de los niños según los rincones a los que hayan acudido a lo largo de la semana, con la finalidad de que todos puedan disfrutar de cada rincón.
  • En la asamblea que realizaremos los lunes, realizaremos preguntas a los niños sobre los libros que se han llevado durante el fin de semana, para que nos cuenten qué libro han leído, qué les ha parecido, qué les ha gustado más… 

sábado, 21 de mayo de 2011

Reflexión sobre el bloque V

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En este bloque hemos podido aprender las tres formas de transmisión literaria oral: el cuentacuentos, la narración con libro y la lectura; realizando una actividad para poder acercarnos más a estas estrategias. Además, hemos podido ver una serie de técnicas para hacer del momento de contar el cuento un rato inolvidable, ya que los cuentos hay que disfrutarlos. 

Así que, este bloque es imprescindible para nuestra formación como futuros maestros de Educación Infantil, ya que a estas edades los niños todavía no leen o, como mucho, están comenzando, así que nosotros somos los que les tenemos que transmitir la literatura y, sobre todo, hacer que la disfruten para que luego puedan valorar la belleza de la lectura. Todo esto es importante porque de estos primeros acercamientos a la literatura que se dan en el aula o en casa, dependerá el gusto que cada niño desarrolle por la lectura en un futuro. 

Así que es muy importante que los niños disfruten con nuestros cuentos y no tengan que rellenar una ficha con preguntas de comprensión, lo importante es que se diviertan con los cuentos. Esto de las fichas parece una exageración pero no es algo del otro mundo, en muchísimos colegios, en Infantil se comienza con esto y en Primaria se empiezan a hacer múltiples resúmenes y exámenes sobre los libros que se han leído. Y todo esto, ¿qué fin tiene?, ¿probar que se ha comprendido un libro? Bajo mi punto de vista, esto también es un factor que afecta a que a la gente no le guste leer.

Por lo tanto, tenemos que intentar acercar a los niños a lectura como algo divertido, como algo bonito, como algo mágico, cuyo objetivo sea que los niños disfruten. Además, yo creo que es muy importante que sientan esa magia de la literatura, porque cuando lees un libro o lo escuchas, puedes sentir lo que siente el protagonista, puedes viajar a sitios en los que nunca has estado, puedes hacer cosas que en la vida real no podrías realizar… Es cierto que con las películas también te puede suceder, pero no es lo mismo, un libro es más mágico y puedes imaginar todo desde cero, nadie te da unos personajes con una cara determinada y unos lugares específicos, tú eres el que imaginas cómo es cada cosa. ¿Hay algo más mágico que un libro? Yo creo que no. 

Actividad Bloque V

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LECTURA DE UN CUENTO

El pasado lunes 16 tuvimos que hacer la actividad del Bloque V, que consistía en hacer grupos de tres personas y cada uno tenía que elegir entre las tres estrategias para contar cuentos: cuentacuentos, narración con libros y lectura. Realicé la actividad con Inés y Cristina Vals y a mí me tocó desarrollar la estrategia de la lectura y después nos fuimos cambiando de grupo. 

Para llevar a cabo la lectura del libro, escogí un cuento llamado “Mamá, de qué color son los besos”, de Elisenda Querralt. Elegí este cuento porque la primera vez que lo leí me pareció muy bonito y muy tierno y porque no lo habíamos visto en clase y era probable que mucha gente no lo conociera. Y no me equivoqué, cuando lo leí en los diferentes grupos, la gente no lo conocía y les gustó mucho. 

La primera vez que lo leí lo pasé un poco mal porque me daba vergüenza, aunque mis compañeras dijeron que no se me notó. Leí el cuento realizando las pautas oportunas y sin ir deprisa, intentado ser expresiva con mi lectura pero no exagerada. La primera vez que leí el cuento me di cuenta de que no miré a mis compañeras ya que estaba ensimismada en mi lectura del cuento, así que para las siguientes veces intenté tener contacto ocular mientras lo leía. Además, realicé algunas preguntas sobre si les había gustado el cuento y demás. Siendo un poco crítica conmigo misma, pienso que tengo que mejorar el ser un poco más expresiva, ya que cuando escuché a Almu leer el cuento en clase, me di cuenta de que yo no había sido tan expresiva.

La experiencia de escuchar los cuentos de mis compañeros ha sido muy buena, puesto que he podido disfrutar de los cuentos que los demás contaban y he conocido cuentos muy bonitos que me gustaría tener. Considero que todos los compañeros que he tenido lo han hecho muy bien, quizás he echado de menos esa expresividad a la hora de contar los cuentos, pero yo creo que se debe a que todos estábamos un poco cohibidos por tener que contarnos los cuentos entre nosotros. No quería dar nombres, pero me gustaría resaltar la narración con libro que hizo Eros, ya que, bajo mi punto de vista, lo hizo fenomenal, fue muy expresivo y realizó muchas preguntas mientras contaba el cuento, para que así nos surgiera más interés por el cuento. 

Creo que ha sido una experiencia muy bonita, porque hemos podido acercarnos a las tres estrategias para contar cuentos. 

Reflexión: Leer sin saber leer

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REFLEXIÓN SOBRE EL ARTÍCULO: LEER SIN SABER LEER

El artículo de Irene Vasco me ha recordado al artículo que leí hace tiempo de Luisa Mora, titulado “Sugerencias para padres sobre los niños pequeños y los libros”, del cual hice también una reflexión. El artículo de Irene Vasco nos muestra, también, la importancia de inculcar a los niños el gusto por la lectura, siendo un trabajo en el que tienen que cooperar tanto los maestros y la escuela como los padres de los niños. 

Pero no se puede fomentar la lectura de los niños así como así. Los niños deben aprender que los libros se leen en un ambiente cálido y cariñoso, en un lugar donde se sientan cómodos, en un lugar que sea su “hogar”. Por lo tanto, los libros tienen que ir unidos al afecto. Además, es obvio que en un hogar en el que los padres leen, hay más posibilidades de desarrollar un hábito de lectura en los niños. Y no solamente tienen que leer los padres, sino que tienen que mostrar ese gusto por la lectura, ese disfrute y ese respeto por los libros. Todo esto, también deben aplicarlo los maestros en el aula. 

Como ya expliqué en la reflexión del artículo de Luisa Mora, mi madre fomentó mi lectura, pero no solamente porque ella leyera mucho, sino porque me hacía ver que los libros eran algo que había que cuidar porque eran mágicos, te trasladaban a otro mundo con simples palabras. 

Y todo esto me ha hecho recordar un libro que aunque no es infantil me gustaría citar, llamado “La Sombra del Viento”, en el que puedes ver la magia de los libros. Y menciono este libro porque me gustaría citar una frase que me pareció muy bonita y relaciono con este artículo: “Pocas cosas marcan tanto a un lector como el primer libro que realmente se abre camino hasta su corazón. Aquellas primeras imágenes, el eco de esas palabras que creemos haber dejado atrás, nos acompañan toda la vida y esculpen un palacio en nuestra memoria al que, tarde o temprano – no importa cuántos libros leamos, cuántos mundos descubramos, cuánto aprendamos u olvidemos –, vamos a regresar”.

Así que, la lectura es algo básico para todo el mundo y, por eso, debemos hacer que los niños desde pequeños valoren la lectura y los libros. Por lo tanto, debemos leer, enseñar a leer, fomentar la lectura de los niños y, lo más importante de todo, disfrutarla. 

Bloque V

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FORMAS DE TRANSMISIÓN LITERARIA ORAL

En este último bloque, Irune ha explicado las formas de transmisión literaria, que son tres: cuentacuentos, la narración con libro y la lectura.

Cuentacuentos:

El cuentacuentos es la técnica más antigua de todas, existía antes de que existieran los códigos escritos para las lenguas, y se usaba porque la gente no sabía leer. Aunque la lectoescritura se va introduciendo en infantil, un niño de infantil no lee con mucha fluidez, por lo que esta estrategia es muy útil.

El cuentacuentos consiste en narrar un cuento, un texto breve literario, de ficción. No utiliza referencias visuales, es decir, no se enseñan dibujos, de hecho, el objeto principal del cuentacuentos es que los receptores desarrollen su capacidad de imaginación. Por los devenires sociales, los niños de ahora viven en una era visual, todo son imágenes, así que están perdiendo la capacidad de imaginar. Tenemos que intentar que los cuentos que les contemos no los hayan visto en imágenes, películas… que los niños conozcan, para que puedan imaginar desde cero.

Los cuentacuentos también se han puesto de moda entre los adultos y, por eso, hay muchos cursos de “Cuentacuentos de sala” y no tienen nada que ver con los infantiles. En los “Cuentacuentos de sala” los que narran son actores que se aprenden de memoria una historia y tienen que saber cómo transmitirla en público (entonación, volumen, cambios de voces, gesticulación, movimientos…), son un monólogo de una historia de ficción. Por eso, si buscamos un curso de cuentacuentos es necesario fijarse si es para infantil o para adultos. 

Por lo tanto, cuando contamos un cuento a los niños no debemos aprendérnoslo de memoria, sino que debemos tener claro el hilo argumental y recrearlo según la respuesta de los espectadores. Nos tenemos que acomodar a sus reacciones, incluso, interaccionar con ellos, preguntarles cosas (no solo preguntas retóricas, sino preguntas reales) y dejar que participen en el cuento.

Si se les va a contar un cuento a los niños, hay que decirles que les vamos a contar un cuento, no que lo vamos a leer, porque no hay que confundir estos dos términos, y menos en esta etapa del desarrollo de los niños.

En un cuentacuentos hay que ser expresivo con la voz y con el cuerpo, pero no para que el niño lo entienda mejor, sino para que disfruten más con el cuento. Se pueden cambiar las voces de los personajes, pero es muy difícil poner más de tres o cuatro voces distintas sin tener una formación artística, así que, si aparecen muchos personajes y cambiamos solamente tres voces, luego se pueden liar los niños con la historia. Cambiar las voces en los cuentos no es algo necesario, ya que a los niños no les gusta más una cosa que otra.

Puedes utilizar diferentes recursos para el cuentacuentos. Por ejemplo, puedes utilizar una marioneta o un muñeco para contarles el cuento, te puedes disfrazar usando pequeños detalles que hacen referencia al cuento o te puedes disfrazar usando un personaje creado por los niños para contar los cuentos. Incluso, el cuento se puede acompañar con una música o un detalle, ya que antes del cuento les crea interés por el cuento que van a escuchar y da más magia. 

Los cuentacuentos también pueden ser en verso, recitando un poema (declamación), pero aquí sí que nos los tenemos que aprender literalmente para luego contarlos.


Narración con libros:

La narración con libros, como su propio nombre indica, implica que tengamos un libro y que contemos ese libro. Y, ¿cómo se cuenta ese libro? Enseñando los dibujos. Lo primero que debemos hacer es introducir el libro que vamos a contar y después abrirlo y contarlo con nuestras propias palabras, no con las del libro, y apoyándose en las ilustraciones que aparecen. También, se puede interactuar con ellos.

Para hacer una narración con libro, los libros tienen que tienen que ser de un tamaño grande y con las ilustraciones grandes. También, se pueden proyectar las imágenes utilizando las TIC.

Esta es la estrategia que más se utiliza en el primer ciclo, ya que los niños del este ciclo, al ser más pequeños, tienen menos vocabulario, expresiones… Y aquí, sí que les ayudan las imágenes a la comprensión del cuento.

Esta técnica trabaja también el razonamiento icónico, que consiste en entender y aceptar que hay cosas que representan la realidad pero no son la realidad. Es un grado de abstracción que los niños de esas edades están empezando a obtener. El razonamiento icónico se desarrolla entre los 2 y 4 años, por eso esta forma de narración es muy buena para que se trabaje este razonamiento. 


Lectura:

La lectura se debe reservar más para el segundo ciclo de infantil, porque una lectura es muy aburrida para niños más pequeños ya que hay que interactuar más. 

La lectura sirve para dar a los niños de este ciclo unos modelos de lectura adultos, tienen que escuchar cómo se lee. Se puede leer un libro con ilustraciones o simplemente un texto impreso en una página. Hay textos que están muy bien escritos y son adecuados para leer. 

Si leemos un libro con ilustraciones, se puede leer y enseñar las ilustraciones a los niños, pero tenemos que utilizar libros grandes. Lo malo de esta opción es que se corta la lectura. Otra opción sería leerlo mientras lo enseñamos, aunque es más complicado de leer. También, se pueden utilizar las TIC y escanear las imágenes y escribir el texto por detrás. Aunque, sin duda, la mejor opción sería leer primero el cuento y, una vez que se haya leído, enseñar las ilustraciones, de esta forma se trabajaría el modelo de lectura, el razonamiento icónico y la paciencia. 

La lectura debe ser expresiva pero no exagerada. No se deben cambiar las voces de los personajes de lectura, porque es el modelo de lectura a seguir, así que se debe leer como leen las personas mayores. 

Antes de leer el cuento, se puede hacer una ambientación en la que creamos expectación en los niños y luego se cuenta el cuento. Una vez que hemos leído el cuento, no debemos hacer preguntas de comprensión, porque no los niños no se quedan con todo la primera vez que le leemos un cuento, así que tenemos que hacer preguntas objetivas (¿os ha gustado el cuento? ¿qué es lo que más os ha gustado?...).

Reflexión sobre el Bloque IV

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En este bloque hemos visto la literatura folclórica. Tristemente, no conocía nada sobre la literatura folclórica, nunca había escuchado nada sobre este tipo de literatura y eso que he tenido literatura en el colegio y leer es uno de mis hobbies. Es cierto que había oído hablar sobre muchos textos literarios, como Blancanieves o Caperucita Roja, así como había leído textos de Andersen y de los Hermanos Grimm, pero desconocía que se tratara de literatura folclórica y pensaba que eran textos de autor, ya que no conocía ninguna característica de esta literatura. Así que, puedo decir que en este bloque todo ha sido nuevo para mí, pero es importante que interioricemos mejor los aspectos que vamos a tener que aplicar en nuestra futura labor docente. 

Una característica que me ha sorprendido mucho ha sido la de que los cuentos folclóricos no son infantiles. Ahora que he podido leer algunos textos folclóricos, gracias a que Irune colgó un documento en el que hay muchos, he podido comprobar que esto es cierto, además, tiene lógica que no sean para los niños, puesto que ahora conocemos todas las características de esta literatura. Sin embargo, si preguntamos a la gente sobre cuentos como La Bella y la Bestia o Pulgarcito nos dirán que son cuentos infantiles, por el simple hecho de ser cuentos y por el poco conocimiento que hay sobre esta literatura. 

Y, otra característica que debemos tener en cuenta para poder desempeñar óptimamente nuestra labor docente es que estos cuentos folclóricos se pueden adaptar para los niños. Como ya sabemos, antiguamente no se escribía literatura de autor para niños debido a que los niños no sabían leer, así que lo más sencillo era contar cuentos de boca en boca, cuentos que escuchaban tanto adultos como niños, así que no son infantiles, como he señalado anteriormente. Por lo que, si queremos contar textos folclóricos en un aula, ¿cómo podemos convertirlos en cuentos infantiles? Adaptándolos, y para ello es necesario conocer y respetar el viaje iniciático de los personajes y los motivos de los cuentos y suprimir todo aquello que los niños no entiendan o que no sea adecuado para ser escuchado por ellos. Voy a poner un ejemplo, en el cuento que hemos tenido que adaptar nosotros sobre “Toda clase de pieles”, hemos tenido que cambiar el motivo de la huida de Toda clase de pieles del palacio (sin cambiar la huida en sí, puesto que esto es el motivo que fundamenta el esqueleto del cuento), así que hemos tenido que cambiar el incesto, ya que es un tema que no es infantil. 

Para terminar, como he señalado con el ejemplo anterior, hemos realizado una adaptación de un texto folclórico de los Hermanos Grimm. Me ha resultado un poco complicado, pero supongo que ha sido porque es la primera adaptación que hago, poco a poco, con la experiencia, conseguiré hacerlos más rápido y mucho mejor. Bajo mi punto de vista, la adaptación de estos cuentos es algo fundamental para los docentes, ya que es lógico que personas que no son entendidas en la materia cuenten los textos sin adaptarlos, pero que un docente lo haga sería un gran error.

viernes, 20 de mayo de 2011

Actividad Bloque IV

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ANÁLISIS Y ADAPTACIÓN “TODA CLASE DE PIELES”

Irune nos ha contado en clase un cuento folclórico titulado “Toda clase de pieles” y tenemos que hacer una adaptación del mismo, pero es necesario tener en cuenta los aspectos pedagógicos (enseñanzas para la vida) y los aspectos psicológicos (evolución del protagonista de la infancia a la edad adulta) del mismo para poder realizar la adaptación adecuadamente. 


Aspectos pedagógicos:

Las enseñanzas que podemos extraer de este cuento son varias. En primer lugar, nos encontramos con la promesa que le hace el rey a la reina cuando ella muere, el casarse con otra mujer tan bella o más bella que ella, algo realmente complicado. De esto podemos concluir la importancia de aceptar promesas que están a nuestro alcance y que no perjudiquen a nadie, ya que si sabemos que es algo que no se va a poder realizar es mejor no prometer nada. 

Una segunda enseñanza se daría cuando la princesa huye de palacio para rehacer su vida, mostrándonos la importancia de no resignarnos a la vida que nos toca vivir si no nos gusta y ser valientes y luchar por nuestra felicidad y nuestro futuro, por lo que de verdad queremos. 

Otra enseñanza que podemos extraer del cuento se da cuando la princesa abandona todas las comodidades y lujos que tenía en su anterior vida y tiene que ponerse a trabajar, dándose cuenta del esfuerzo que hay que hacer para conseguir las cosas y valorando las cosas que conseguimos con nuestro esfuerzo o que otras personas consiguieron por ti. 

La última enseñanza que podemos extraer es la importancia de arriesgarse y ser optimista, ya que aunque las cosas te vayan muy mal, siempre habrá tiempos mejores, y es importante no venirse abajo y arriesgar para conseguir el éxito personal. Como ocurre en el cuento, la princesa huye de su hogar perdiendo todo lo que tiene y sufriendo calamidades, pero arriesga por su futuro y lucha por conseguir aquello que quiere, consiguiéndolo finalmente. 


Aspectos psicológicos:

Como ya sabemos, Propp establece una estructura básica en los cuentos, que es el paso de la infancia a la edad adulta, el viaje iniciático. En este cuento, el viaje iniciático de la protagonista comienza cuando su padre le dice que se tiene que casar con él. 

Como la protagonista no desea casarse con su padre por mucho que le quiera, utiliza unas estrategias algo infantiles para retrasar la boda: la elaboración de un vestido tan dorado como el sol, otro tan plateado como la luna y otro tan brillante como las estrellas, así como un abrigo con toda clase de pieles. Al no conocer el poder que tiene el tener dinero piensa que es una técnica infalible, pero se da cuenta de que su padre lo acaba consiguiendo. 

Así que, decide huir de su padre y de todo su entorno, llevándose únicamente con ella los tres vestidos y el abrigo de toda clase de pieles, sin saber lo que le deparará el destino, viviendo primero en el bosque y luego yéndose al palacio del príncipe del que se enamora. 

Una vez en el palacio, tiene que trabajar bajo las órdenes de otras personas y tiene que vivir de una forma distinta a la que vivía anteriormente, siendo una sirvienta. Así que, comienza a realizar tareas del hogar que les corresponden a las mujeres adultas, como cocinar, fregar, planchar… Algo que nunca hubiera hecho si siguiera viviendo en su palacio y no se hubiera fugado. Por lo tanto, comienza a tener las responsabilidades de las personas adultas. 

Un aspecto que comienza a mostrar el fin del viaje iniciático de la princesa se da cuando se pone los vestidos que su padre le regaló para seducir al príncipe del que estaba enamorada. Aquí, utiliza otra estrategia para conseguir sus deseos, una estrategia que muestra que ya es toda una mujer adulta, muy diferente a la chica que empezó en la historia. Además de los vestidos, su estrategia también se basa en ir metiendo las diferentes joyas de oro de su madre en la sopa del príncipe: la rueca de hilar, la devanadera y el anillo de compromiso.

Por lo tanto, el fin del viaje iniciático llega cuando se casa con el príncipe, marcando su madurez y su paso de la adolescencia a la adultez para formar su propio núcleo familiar.

Por último, y no por ello menos importante, hay que señalar la importancia del abrigo de toda clase de pieles, abrigo que da título al cuento. Es un elemento muy importante en la historia porque significa la protección que necesita todo el mundo y que ella ha perdido al huir de su casa y de su padre. El abrigo le acompaña durante toda la historia como símbolo de protección y de evolución, ya que se lo pone cuando huye de su casa y se lo quita cuando ya es una mujer adulta y el príncipe quiere casarse con ella. También, se lo quita cuando se pone los tres vestidos en las tres noches, pero esto también es muestra de que ya está casi preparada para ser una mujer. 


TODA CLASE DE PLUMAS

Érase una vez unos reyes muy poderosos y ricos que se querían mucho, pero que no tenían hijos. Un día, la reina, que era muy bella, se quedó embarazada y tuvieron al final una dulce niña. Los reyes estaban muy felices viendo crecer a su hija, pero un día la madre enfermó y murió, no sin antes decirle a su marido que le prometiera que su hija cuando cumpliera los 14 años se casaría con un príncipe tan o más rico que ellos. A su marido le pareció muy complicado, pues ellos eran los más ricos de todos los reinados de millas y millas alrededor, pero se lo prometió a su mujer. 

El rey se pasó buscando y buscando durante años, viajando a lugares muy lejanos para ver si encontraba a un príncipe muy poderoso. El rey acabó encontrándolo y el príncipe aceptó la propuesta del rey y viajó enseguida con él al palacio para contraer matrimonio con la princesa. La princesa, que estaba a punto de cumplir los 14 años, al ver al rey con ese príncipe se puso muy triste, puesto que ella quería casarse con alguien al que quisiera, así que les dijo que ella aceptaría casarse con el príncipe siempre y cuando cumplieran unos deseos que tenía. 

La princesa le pidió al príncipe un vestido que fuera tan brillante como los rayos del sol. Al príncipe, que era muy rico, no le costó nada conseguir el vestido y dárselo a la princesa. La princesa no se podía creer que lo hubiera conseguido tan rápido, así que pensó algo más complicado de conseguir y le pidió un antifaz que brillara como el arco iris. La princesa estaba muy contenta porque pasaban los días y el príncipe todavía no lo había conseguido. Pero, un buen día, el príncipe apareció con un antifaz precioso que brillaba como el arco iris, pues llevaba toda clase de piedras preciosas: diamantes, esmeraldas, zafiros, rubís… Así que, la princesa le dijo al príncipe que todavía tenía que cumplir un deseo más y le pidió algo muy difícil de conseguir, le dijo que tenía que confeccionar un abrigo con toda clase de plumas de todas las aves que hay en el mundo. El príncipe al escuchar su deseo se desesperó, porque eso sí que era imposible de conseguir, pero con ayuda del padre de la princesa, aunque tardó tiempo, consiguió un abrigo de toda clase de plumas. La princesa al ver la situación decidió huir por la noche, llevándose con ella los dos regalos que le había hecho el príncipe y poniéndose su abrigo de toda clase de plumas.

La princesa anduvo y anduvo hasta que llegó a un precioso palacio. Al llegar a sus puertas se encontró con el apuesto príncipe del palacio, quien le preguntó su nombre y ella contestó que no recordaba nada de su pasado. El príncipe se apiadó de ella y la dejó trabajar en las cocinas del reino. La princesa se adaptó muy pronto a la vida allí, puesto que el cocinero y todos los sirvientes eran muy amables con ella y todo el mundo la conocía con el nombre de “Toda clase de plumas”. Y, para que nadie supiera que era princesa, se tapaba su pelo rubio y largo con un pañuelo y se tiznaba la cara para que no se viera su piel tan blanca.

Un buen día, los padres del príncipe decidieron hacer una fiesta de disfraces para ver si el príncipe encontraba una princesa con la que contraer matrimonio. Cuando se enteró Toda clase de plumas, le pidió permiso al cocinero para ver si podía salir antes para ver la fiesta escondida, ya que nunca había visto una, el cocinero aceptó pero le dijo que tenía que volver pronto para hacer la cena al príncipe. Toda clase de plumas se fue corriendo a su habitación se limpió la cara, se peinó su precioso pelo, se puso su vestido tan brillante como los rayos del sol y su precioso antifaz. Cuando entró en el salón de la fiesta y el príncipe la vio, fue tras ella y estuvieron bailando y hablando durante toda la fiesta. Cuando Toda clase de plumas vio que era tarde, se fue corriendo del baile, se quitó el traje, se tiznó la cara y se puso el pañuelo y fue a la cocina. El cocinero le mandó preparar una sopa para el príncipe y ella la hizo con mucho amor. Toda clase de plumas se dio cuenta de que se le había quedado un diamante enganchado en el pelo, así que decidió echárselo a la sopa del príncipe. El príncipe cuando se tomó la sopa y se encontró el diamante, le fue a preguntar al cocinero que quién había hecho la sopa, ya que estaba muy buena, a lo que el cocinero respondió que él. 

El príncipe se fue pensativo a su habitación y decidió hacer otra fiesta de disfraces esa noche para ver si conseguía volver a ver a esa chica de la cual no sabía su nombre. Así que, al día siguiente, Toda clase de plumas volvió a hacer lo mismo que el día anterior y estuvo bailando durante toda la fiesta con el príncipe hasta que se tuvo que marchar corriendo para hacerle la cena. Esa noche decidió echarle a la sopa una esmeralda. El príncipe al encontrarse la esmeralda, se quedó desconcertado y pensando qué estaba pasando. No volvieron a haber más fiestas, pero el príncipe seguía pensando en esa chica con la que estuvo bailando, y Toda clase de plumas, decidió ir metiéndole cada noche una piedra preciosa en su sopa. Así que, se escondía una piedra preciosa entre sus cabellos y el pañuelo y se la iba echando en la sopa cada noche.

 Hasta que una noche, le tuvo que llevar ella la cena al príncipe y el príncipe le dijo que se quedara hasta que terminara la sopa. El príncipe se encontró un rubí y le preguntó a Toda clase de plumas que porqué se encontraba todas las noches una piedra preciosa en su sopa y ella le dijo que no sabía. Se dio cuenta de que el pañuelo de ella no cubría una parte de sus cabellos y vio que entre sus cabellos brillaba algo, así que se acercó y sacó de su pelo, una pequeña esmeralda. El príncipe le dijo que era ella la princesa que bailó esas dos noches con él y que lo sabía desde hace tiempo, así que, Toda clase de plumas le contó todo lo que había pasado y el porqué de su huida. Al final, se casaron y fueron muy, muy felices. 

lunes, 16 de mayo de 2011

Reflexión: La madre oculta

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REFLEXIÓN SOBRE EL ARTÍCULO: LA MADRE OCULTA

Como podemos observar en este artículo titulado “La madre oculta”, Gerardo Gutiérrez señala que las hadas y las brujas, personajes principales en la literatura tradicional, son representaciones que se hacen de las madres. Hecho que, sinceramente, me sorprendió mucho al leerlo, ya que yo nunca había apreciado esta comparación. Además, si la literatura folclórica o tradicional no es infantil, como hemos podido aprender en la asignatura, ¿qué funcionalidad tiene tal representación? 

Gerardo Gutiérrez en su artículo explica tal representación. En primer lugar, señala que, en muchos cuentos, la madre desaparece, porque se muere o porque se va, siendo sustituida por la madrastra, hada o bruja con la que el niño protagonista se tiene que enfrentar y resolver una serie de conflictos. 

Gerardo Gutiérrez se fundamenta en investigaciones realizadas por Vladimir Propp, quien, como ya sabemos, fue el primer folclorista en investigar, analizar y estudiar la literatura folclórica, clasificando los cuentos en cuatro grandes bloques, entre los que encontramos los cuentos de hadas o maravillosos. 

Propp distinguió tres formas de maga: la maga donante (ayudante del héroe), la maga raptora (quien rapta a los niños) y la maga guerrera, pudiendo encontrar el hada en la maga donante y la bruja en la maga raptora. 

Además, este autor relaciona los contenidos del cuento con el viaje iniciático, donde la maga juega un papel fundamental, puesto que el niño se transforma en adulto con la intervención de la maga raptora (bruja) ayudada por la maga donante (hada). Además, hay que señalar que la maga es solamente madre, nunca llegará a ser esposa. 

Aprovechando que he leído recientemente el artículo “Entre hadas y brujas”, me gustaría hacer una comparación entre las ideas que he extraído de ambos artículos. 

En el artículo “Entre hadas y brujas”, las hadas nacen y mueren, siendo lo más importante su ser, mientras que las brujas se hacen por voluntad propia. Aunque sean diferentes, ambas tienen en común que no son las protagonistas del cuento, sino que cumplen un papel de ayudantes. Por el contrario, en el artículo de “La madre oculta” se señala que estos dos personajes son principales y son sustitutas de la madre, enfrentándose al niño protagonista.  

Teresa Durán señala los diferentes roles que tienen las mujeres que aparecen en el cuento: princesas (simbolizando lo bello e inalcanzable anhelado durante la adolescencia), madres (la mujer que engendra y tiene un rol muy breve) y madrastras (símbolos del dolor y la impotencia de no poder luchar contra el paso del tiempo). Mientras que Gerardo Gutiérrez distingue tres formas de magas: donante (hada), raptora (bruja) y guerrera. Además, en este artículo, a diferencia del anterior, la maga solamente es madre y nunca podrá llegar a ser esposa. 

Para finalizar, en el artículo de “La madre oculta” se relaciona los contenidos de los cuentos con el viaje iniciático, ayudándose por la maga raptor y la maga donante para pasar de la niñez a la adultez. 

Reflexión: Entre hadas y brujas

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REFLEXIÓN SOBRE EL ARTÍCULO: ENTRE HADAS Y BRUJAS

Teresa Durán en su artículo “Entre hadas y brujas” nos enseña muchas cosas que podemos relacionar con lo que hemos aprendido en esta asignatura. 

En primer lugar, Teresa Durán comienza realizando una distinción entre los cuentos tradicionales y los cuentos populares, distinción que me ha hecho recordar lo visto en clase. Como ya sabemos, los cuentos tradicionales son también llamados cuentos folclóricos y son los que no tienen autor, sino que su autor es el pueblo y son producto de pasar de boca en boca de generación en generación. 

Una vez visto esto, Teresa Durán nos explica las diferencias existentes entre hadas y brujas, algo que me ha resultado muy interesante y que me ha ayudado a ampliar mi visión sobre estos dos personajes que creemos conocer muy bien por todas las historias leídas o las películas vistas, pero que en realidad no conocemos tan bien. Según la autora, la principal característica que diferencia a las hadas y las brujas es que las hadas nacen ya siendo hadas y mueren siendo hadas (aunque no se conoce ni su origen ni su final), mientras que las brujas no nacen siendo brujas, sino que se hacen por su propia voluntad.

Además, en el artículo, la autora muestra que estos cuentos tradicionales no eran machistas, como hemos podido estudiar también en la asignatura. Esto se ve reflejado en el importante papel que desempeña la mujer en los cuentos, pudiendo ser princesas (simbolizando lo bello e inalcanzable que se anhela durante la adolescencia), madres (rol muy breve y querido por todos) y madrastras (simboliza el dolor y la impotencia de no poder luchar contra el paso del tiempo). 

Este artículo me ha hecho querer saber un poco más sobre el tema de las hadas, exactamente, sobre su origen, así que he estado investigando y he visto que tiene diferentes orígenes según las culturas de las que provienen. Pero, quiero explicar la que más me ha gustado y llamado la atención, cuyo origen es de la literatura hebrea. 

Esta teoría relata que las hadas provienen de la primera mujer de la tierra, llamada Lilith, quien estaba hecha con arcilla al igual que Adán. Lilith era hermosa y libre, por eso se quejó de tener que yacer con Adán siempre debajo, argumentando que fueron creados iguales y que no tenía que estar él arriba dominando, sino que ambos deberían estar a la misma altura. Visto que Adam no accedía a sus reivindicaciones, Lilith se marchó del Paraíso, marchándose con los demonios. Tras su fuga, Adán recibió a una nueva compañera llamada Eva, creada a partir de una de sus costillas, con la que sí podría ser dominante. Así que, esta teoría explica que las hadas son hijas de Lilith y de los ángeles caídos, que no eran personajes malvados, simplemente no estaban de acuerdo con Dios. 
Además, esta teoría señala a Lilith como la primera mujer y mujer feminista de la tierra, quien no aguantaba que un igual suyo ejerciera poder alguno sobre ella. Por lo tanto, esta teoría explicaría que en el mundo hay dos tipos de mujeres, las que son como Eva y actúan como Dios manda y las que son como Lilith. Bajo mi punto de vista, yo creo que no existe una diferenciación tan radical, sino que toda mujer tiene un poco de Eva y otro poco de Lilith, teniendo mayor o menor influencia de una y otra según la personalidad de cada una. 

Bloque IV

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LITERATURA FOLCLÓRICA


Introducción:

En este bloque vamos a hablar de la literatura folclórica, literatura que, bajo mi punto de vista, nos ha sorprendido a todos porque no conocíamos su existencia o la confundíamos con la literatura de autor.

La literatura folclórica está formada por textos que corresponden a los tres géneros literarios (prosa, verso y teatro). Esta literatura no se tuvo en cuenta hasta el siglo XIX. La literatura folclórica tiene las siguientes características, que me han ayudado a distinguirla de la literatura de autor, son:
  • No tiene autor, no porque no se conozca el nombre, sino porque ha sido creado por el paso del tiempo y por todas aquellas personas que la han ido transmitiendo oralmente en algún momento, es decir, pasa de forma vertical por el tiempo y horizontal por los lugares. Por lo tanto, es imposible conocer las versiones originales. Hay algunos de estos textos que gustan tanto que en algún momento los escriben los recopiladores para que no se pierdan, pero siguen siendo literatura folclórica porque se sigue sin saber el autor, cuando surgió…
  • Presentan multitud de variantes en diferentes lugares y diferentes siglos.
  • Se pueden adaptar a los niños teniendo en cuenta su desarrollo y sus gustos, mientras que los textos de autor son para leer.
  • Son textos populares, del pueblo, que corrían de boca en boca entre la gente del pueblo. Por eso, no son textos cultos que cuiden la forma, ya que lo importante es el contenido. Al ser algo popular, reflejan las costumbres del pueblo, así como sus miedos, deseos, sueños…
  • No son infantiles, jamás han sido textos infantiles, se transmitían “al calor de la lumbre”, son “textos de hogar”, ya que no se contaban para entretenerlos ni eran didácticos, eran de diferentes estilos: terror, amor, misterio… Si hubiera que determinar un receptor concreto serían los adolescentes de la familia, los que van a pasar a la vida adulta, porque en todas las historias el protagonista es un niño que se ve obligado a enfrentarse con los problemas de la vida adulta hasta que se convierte en adulto casándose, ya que el matrimonio simboliza que ya estás preparado para formar tu propio núcleo familiar. Aún así, estos textos tienen enseñanzas para todos los miembros de la familia.
  • No son textos machistas, porque reflejan la cultura de la época, no tienen ninguna intención de poner a la mujer por debajo del hombre. Además, se puede ver que en casi todos los cuentos son las mujeres las que se enfrentan a la sociedad y tienen muchísimo carácter. Es cierto que eran épocas machistas, pero en los cuentos se reflejan los anhelos de las mujeres de esa época.

A continuación, vamos a profundizar más sobre los tres géneros de la literatura folclórica: teatro, poesía y prosa.


Textos teatrales folclóricos: 

No existen textos teatrales folclóricos en sí, pero sí que existen reproducciones folclóricas, ya que se sustentan en una historia que se representa, y encontramos tres tipos: 
  • Reproducciones de carácter religioso, reproducciones que tenían un fuerte contenido cultural. En muchos pueblos todavía se siguen realizando representaciones como por ejemplo, la “Pasión de Cristo” en Semana Santa.
  • Reproducciones festivas y erótico-festivas, se llaman así porque casi todas tienen connotaciones sexuales. Aunque, muchas de ellas se han perdido. Se celebraban sobre todo con la llegada de la primavera, como “la fiesta de las flores”, “la fiesta de la siembra”… y se acompañaban con representaciones de hombres que se peleaban por una mujer, con canciones, actuando bajo los efectos del alcohol. 
  • Representaciones de los “Cómicos de la legua”, que eran nómadas, gente que no tenía otra forma de vivir y se asociaban entre ellos e iban por los pueblos haciendo representaciones teatrales. Se les conoce desde la Edad Media y han existido en España hasta la posguerra. No tenían ninguna preparación como actores, ya que solamente lo hacían para salir de la pobreza. Dentro de su repertorio, tenían pequeñas obras para niños y se llamaban “Títeres de cachiporra”, es el único teatro folclórico que existe para ellos. Se representaban con marionetas de mano, ya que las de hilo las usaba la gente rica. Todas estas obras tenían el mismo argumento, las pequeñas variaciones que existieran dependían únicamente de los personajes. El argumento era que un niño tiene algo que quiere mucho (animales, chica…) y un personaje malo se lo quita cuando el niño se despista, comenzando así la interacción con el público, que le ayuda a coger al malo y a pegarle con una cachiporra (de ahí su nombre). Me ha hecho mucha ilusión ver que es una tradición que no se ha perdido, ya que de pequeña podía ver estas representaciones y todavía siguen existiendo. 
 


Poesía folclórica:

La poesía folclórica es de varios tipos:
  • La poesía que tiene que ver con los adultos y tiene carácter amoroso, siendo la primera que se puso por escrito. La gente hacía coplillas, cancioncillas de amor que eran muy cortas y tenían que ver con el pueblo. Las “Cantigas galaicoportuguesas” fueron las primeras que se pusieron por escrito en la Edad Media.
  • Las oraciones (no las oraciones que se incluyen en ritos cristianos como el “Padre Nuestro”). Hay oraciones que la gente usa con carácter pagano, ya que surgieron para protegerse del mal utilizando personajes religiosos. Un ejemplo sería “Virgen santa, Virgen pura, haz que apruebe esta asignatura”. Existen oraciones infantiles que no salen de la Iglesia, sino del pueblo, como “Jesusito de mi vida” o las oraciones para bendecir la mesa o de antes de acostarse. 
  • Las coplas para acompañar los diferentes momentos del año, momentos en la vida de las personas. De estas manifestaciones, hay muchas que sí son infantiles. Las coplas están muy ligadas a la música y a lo lúdico (juego, bromas, burlas…). Estas coplas son muy antiguas, ya que ya existían recopilaciones en el siglo XVI. 

Actualmente, existe un investigador llamado Pedro Cernillo que es quien más estudios tiene sobre esta poesía folclórica infantil. Pedro Cernillo dice que no se debe confundir la poesía tradicional (folclórica) con la popular, ya que popular quiere decir famoso y que es al hilo de los tiempos, mientras que la tradicional es de origen lejano y desconocido. Pedro Cernillo hizo una clasificación temática de los textos folclóricos en tres grandes bloques: 

  • Las danzas de corro: canciones, dar palmas, saltos y giros, pasillo, mimos e imitaciones, escenificaciones.
  • Las rimas de ingenio: no llevan música propiamente dicha, a veces llevan 2, 3 ó 4 notas que se repiten continuamente: retahílas, sorteos, disparates, burlas, trabalenguas, adivinanzas, prendas.
  • Los juegos y rimas de movimiento y acción: nanas; mover manos y piernas; balanceo, golpes; cosquillas, risas; movilidad, inmovilidad; andar, saltar, correr, girar; tiento; lanzar objetos.


Prosa folclórica:

La prosa folclórica son cuentos, relatos breves… que tienen las mismas características que la literatura folclórica, dichas al principio del bloque. En los textos en prosa se reflejan los deseos y los sueños de las clases populares. Estos textos folclóricos se están perdiendo, llegado a no conocerlos los jóvenes, de hecho, yo misma no era consciente de su existencia. No se puede conocer la versión original, ya que, como ya he señalado, han existido muchas variaciones a lo largo de los años, además de las adaptaciones cinematográficas que encontramos, en especial, las de Disney. 

En el siglo XIX empieza a surgir el interés por los cuentos folclóricos, pero no fueron objeto de estudio hasta el siglo XX. El primer folclorista en investigar, analizar y estudiar esto fue Vladimir Propp, quien publicó “Morfología del Cuento”. Propp hizo una clasificación sobre los cuentos en cuatro grandes bloques:
  • Mitos: tienen origen religioso, pero lo perdieron y se convirtieron en textos folclóricos. Tratan de explicar hechos naturales, sociales o psicológicos. Irune, como ejemplo, nos contó en clase el precioso mito de “Cupido y Psique”.
  • Cuentos de animales: son cuentos cuyos protagonistas son animales. Dentro de estos cuentos están los textos folclóricos creados para entretener, como “Los tres cerditos” o “Los siete cabritillos”, cuyas enseñanzas las sacaba o no la gente cuando acababa el cuento. Y también entra un tipo especial de cuentos folclóricos que responde al nombre de fábula, que son historias con moraleja que tienen, la gran parte de ellas, como protagonistas a los animales, que representan a seres humanos y arquetipos humanos, por ejemplo: cuando aparece un zorro representa la astucia, un ratón representa la inteligencia, un cuervo el egocentrismo… Las fábulas siempre llevan moraleja, mientras que los cuentos no. El primer recopilador de fábulas fue Esopo (Grecia). En España hay apólogos, que son textos didácticos con moraleja, pero están protagonizados por seres humanos, como “El Conde de Lucanor”. 
  • Cuentos de fórmula: tienen fórmulas que se repiten, así que te tienes que aprender las fórmulas que se repiten. Estos son infantiles, estaban pensados para niños. Por ejemplo, los cuentos mínimos, los cuentos acumulativos o “La Ratita Presumida” (los animales del cuento siempre dicen lo mismo).
  • Cuentos de hadas o maravillosos: dentro de estos cuentos están aquellos en los que aparecen no solo hadas, sino aquellos personajes que tienen magia, ya sean buenos o malos, como por ejemplo: “Cenicienta”, “El Gato con botas”, “El zapatero y los duendes”, “Blancanieves y los siete enanitos”…


Esta no es la única clasificación que existe, Gianni Rodari, que creía que una forma de favorecer la creatividad era contar cuentos, hizo otra clasificación sobre los textos folclóricos:
  • Cuentos de animales: que incluyen animales salvajes, domésticos, relaciones entre el hombre y el animal y relaciones entre animales salvajes y domésticos.
  • Cuentos mágicos: son similares a los de Propp, incluyen historias de adversarios sobrenaturales, historias de parientes sobrenaturales o embrujados, empresas sobrehumanas, auxiliares sobrenaturales, objetos mágicos, historias de carácter religioso y cuentos de boda.
  • Bromas y anécdotas: son como chistes alargados, incluye cuentos del tonto, cuentos del listo y cuentos con fórmula o estribillo. 

Sara Cone Bryant fue de las primeras cuentacuentos y también hizo su clasificación, pensando en qué cuentos se pueden contar a los niños según sus diferentes edades a partir de su propia experiencia:
  • De 3 a 5 años: historias rimadas, historias con fragmentos versificados, historias de animales personificados, cuentos burlescos y cuentos de hadas. 
  • De 5 a 7 años: folclore (leyendas locales), cuentos de hadas y cuentos burlescos, fábulas, leyendas y narraciones de historia natural. 
  • Para mayores: folclore, fábulas, mitos y alegorías, parábolas de la naturaleza, narraciones históricas, historias reales y narraciones humorísticas. 


Recopiladores folclóricos:

Después de haber visto los tres géneros de la literatura folclórica, continuamos con los siglos XVIII y XIX, siglos en los que se llevan a cabo las recopilaciones más importantes de los cuentos folclóricos europeos. Tenemos que tener en cuenta que los recopiladores no son los autores de los textos, no inventan los cuentos, sino que recogen las historias folclóricas y las adaptan o no.  
 

Recopiladores en el siglo XIX:
 
Francia:
El primer gran recopilador de cuentos folclóricos fue Charles Perrault, quien vivió durante la primera mitad del siglo XVIII en Francia, bajo el reinado de Luis XIV (el “Rey Sol”), quien tenía como uno de sus entretenimientos favoritos que le contaran cuentos. Perrault tenía el afán de formar y educar a la gente de la corte de otra manera, a través de la narración de los cuentos. Comenzó a interesarse por los cuentos cuando sus hijos eran pequeños y escuchaba a la nodriza de sus hijos contarles cuentos, además de interesarse por las historias italianas y celtas. Recopiló historias folclóricas del pueblo que adaptó para convertirlas en historias moralizantes para que tuvieran una intención didáctica. Publicó un libro titulado “Contes de fées” (“Cuentos de hadas”) en el que recoge los cuentos más conocidos actualmente, como “Pulgarcito”, “La Cenicienta” o “Caperucita Roja”. 

Con Armand Berquin y Madame Leprince Beaumont se puede observar la evolución de los cuentos folclóricos con el paso del tiempo, cuentan la historia de “Cupido y Psique” con distinto nombre y con distinciones, pudiendo observar las diferencias existentes entre la versión de un hombre y la de una mujer sobre esta misma historia, siendo más cruel la del hombre, ya que en la suya el lobo blanco muere a pesar de que la chica le termina amando, mientras que en la de Madame Leprince Beaumont la bestia se convierte en príncipe para casarse con ella. Berquin publicó “El amigo de los niños”, un libro compuesto por varios cuentos (uno de ellos “El lobo blanco”) y Madame Leprince de Beaumont escribió “El almacén de los niños”, también compuesto por muchos cuentos (entre ellos “La Bella y la Bestia”).
 

Inglaterra:
En esta misma época, en Inglaterra, John Newberry crea una editorial y una librería. Publica muchos libros, entre los cuales encontramos los libros de cuentos folclóricos adaptados más o menos para niños que lectores (7 años), entre los que destaca “Little pretty pocket book”. 
 

España:
En España destacan los fabulistas Iriarte (fábulas literarias) y Samaniego (fábulas moralizantes), que escriben fábulas en verso y que no eran para niños. Iriarte recogió fábulas orales folclóricas y las fue adaptando para criticar y burlarse de los malos poetas (aquellos que no seguían las normas clásicas). Samaniego escribe fábulas morales por encargo del seminario de nobles, muchas de ellas están inspiradas en Esopo pero en verso. 



Recopiladores en el siglo XIX:

Alemania:
En el siglo XIX encontramos a otros recopiladores muy famosos, Jacob y Wilhelm Grimm, conocidos como los hermanos Grimm. Viven en la época del Romanticismo y del nacionalismo alemán, provocando que los hermanos Grimm quieran preservar aquello que consideran típico alemán. Así que, les propusieron recoger cuentos folclóricos alemanes, aceptando para que no se quedaran en el olvido. Por lo que se dedicaron a recoger historias por todo el país, adaptándolas a un estilo asequible y procurando ser lo más fiel posible a la forma de narrar las historias del pueblo. Estas recopilaciones se publicaron y gustaron mucho, convirtiéndose en best sellers, ya que eran cómodas de leer a los niños y cortas. Después de la segunda edición, debido a las quejas de los padres, se les propuso adaptar las historias a los niños, ya que recogían elementos inapropiados para la infancia (temas como el sexo, la violencia, el incesto…). Al principio se negaron alegando que su intención no era hacer obras para niños, pero finalmente acabaron accediendo. Por lo que, a partir de la tercera edición los cuentos son más o menos como los conocemos ahora y no tienen moraleja. Adaptaron cuentos como “Pulgarcito”, “Barba azul”, “Blancanieves”, “Hansel y Gretel”…

En Alemania destaca otro recopilador llamado Hoffmann, con cuentos fantásticos, siendo el más conocido “Cascanueces y el rey de los ratones”. 


Dinamarca:
En Dinamarca, en la época realista, destaca Hans Christian Andersen, patrón de la literatura infantil. Alterna su labor de recopilador y adaptador con el trabajo de autor literario, alternando las historias traídas del folclore con las historias totalmente realistas inventadas por él. Fue un autor con mucho rechazo social en su vida, por ello se piensa que su obra “El patito feo” es en cierta manera una biografía. 
 

España:
En este mismo siglo, en España, nos encontramos con Fernán Caballero, el Padre Coloma con su recopilación de libros moralizantes y didácticos, y la Editorial Calleja, de la cual hemos hablado en otros bloques.


Motivos y personajes en los Cuentos de Hadas:

Cuando hablamos de los textos de autor en el Bloque II, señalábamos que para seleccionar un buen libro adaptado a los niños teníamos que realizar un análisis. Con los textos folclóricos no se puede aplicar este análisis, ya que lo que debemos hacer es buscar una versión fiable y hacer nuestra propia adaptación para los niños. 

En todos los textos folclóricos, Propp llegó a la conclusión de que hay una estructura básica en los cuentos, el paso de la infancia a la edad adulta, conocido como el viaje iniciático, es decir, todos los protagonistas de los cuentos comienzan en la infancia, simbolizado por el hogar (la protección del niño), realizando un recorrido hasta llegar a convertirse en adultos, simbolizado por la boda, ya que significa que eres adulto para formar otro núcleo familiar y proteger a los niños. Además, las situaciones por las que pasa el protagonista durante su viaje iniciático también son simbólicas, hay diferentes hitos que definen la línea iniciática del protagonista. Si vamos a adaptar cuentos hay que respetarlos, porque si no se hace, no hay evolución, no hay cuento. 
También, debemos respetar los motivos, el hilo conductor, que son elementos que también tienen un carácter simbólico y son básicos en el desarrollo de la historia, repitiéndose en diferentes cuentos. Estos motivos también fundamentan el esqueleto del cuento. Los motivos que encontramos en los Cuentos de Hadas son los siguientes:
  • Fuga y persecución (“Blancanieves”).
  • Viajes y búsqueda (“Caperucita”).
  • Tesoros ocultos física (“Pulgarcito”) o psicológicamente (“Cupido y Psique”).
  • El reino de los muertos o el reino de las hadas.
  • El sol y la noche como realidad o irrealidad. 
  • La búsqueda del amor.
  • El hermano más pequeño.
  • La muerte y la resurrección (“La Bella Durmiente”, con su muerte simbólica durmiéndose y su posterior “resurrección”, significando renovación).
  • El huérfano maltratado, simbolizando que puedes triunfar en la vida aunque seas el más desvalido del mundo (“Pulgarcito”). 


En cuanto a los personajes de los cuentos folclóricos, siempre nos encontramos con los buenos y los malos. Así que, podemos cambiar el personaje, pero nunca podremos cambiar el rol del mismo. 

Los personajes buenos que encontramos son los héroes o heroínas, ayudados por dos tipos de ayudantes: las hadas, entendidas como seres protectores que ayudan y protegen al protagonista (no teniendo por qué ser un personaje mágico) y los animales y objetos mágicos que son más secundarios pero también tienen un papel importante en el viaje iniciático del protagonista (como la lámpara maravillosa en “Aladino”), simbolizando las ayudas externas que recibimos en nuestra vida.

En cuanto a los personajes malos, tenemos los que ayudan al enemigo, como los gigantes, o los que no le ayudan, sino que directamente van contra el protagonista, aunque no estén ayudando a sus enemigos, como los ogros. Por lo que, los gigantes simbolizan las ayudas y los ogros simbolizan las pruebas que tienen que superar para hacerse fuertes y comenzar el viaje iniciático. Los personajes malos representan pruebas de la vida que hay que superar y te hacen crecer. 

Finalmente, encontramos a las brujas y magos y a los duendes, que pueden ser buenos o malos, según los cuentos. 



Criterios para seleccionar un buen libro de textos folclóricos:


  • Mirar que aparezca el nombre del responsable del libro, la traducción, la adaptación… En los libros que no aparecieran algunos de estos nombres, no son fiables, ya que no sabemos si se tratan de recopilaciones, adaptaciones…
  • Evitar los libros que engloban muchos cuentos, ya que suelen ser síntesis y no son versiones aceptables para realizar adaptaciones, ya que eliminan las características del cuento que se pueden adaptar. 
  • Evitar las versiones infantiles de los cuentos folclóricos, ya que también son síntesis y son versiones que ya están adaptadas.
  • Evitar los libros que ya se encuentren adaptados, porque realizaríamos una adaptación de otra adaptación.