domingo, 13 de marzo de 2011

Bloque II


LA LITERATURA DE AUTOR Y LOS ÁLBUMES ILUSTRADOS

La literatura de autor son los textos que tienen autor, aunque sea anónimo. La diferencia entre esta literatura y la literatura folclórica es que la folclórica no tiene un autor porque ha pasado de boca en boca a lo largo de los siglos, y una vez que ha sido escrita, lo ha hecho otro autor.

En el álbum ilustrado o de imágenes se reúnen dos artes: ilustraciones y textos. Se pretende que el niño se acerque a la literatura y a la intención plástica, es decir, se intenta que el niño sea capaz de reproducir el cuento viendo simplemente la secuencia de las imágenes, gracias a su capacidad imaginativa.

GRANDES GÉNEROS DE LA LITERATURA INFANTIL CONTEMPORÁNEA

EL TEATRO:

No debemos confundir las dos partes del teatro: la parte literaria, que hace referencia al texto en sí (tiene unas características concretas), y la interpretación de la obra, la actuación. Algo que me ha llamado mucho la atención es que no existe género dramático para infantil, ningún autor ha escrito textos dramáticos para infantil. Siempre he pensado que había existido este género para infantil también, aunque ahora que he reflexionado sobre el asunto, me he dado cuenta de que es normal que no se publiquen porque son libros que no se pueden leer por niños de infantil.

Pero, esto no quita que existan obras de teatro para niños, aunque no sean publicadas. También existen libros para que un adulto creer la obra de teatro con los niños, pero esto no es literatura infantil, sino didáctica. Así que, encontramos obras como:

· “El príncipe que todo lo aprendió en los libros”, de Jacinto Benavente.
· “La cabeza del dragón”, de Valle-Inclán.
· “La muñeca irrompible”, de Eduardo Marquina.
· “Teatro de los niños”, de Gregorio Martínez Sierra.

LA POESÍA:

Siempre ha sido la reina de la literatura, porque es el género más complicado, ya que utiliza la función poética. Desde la Generación del 27, la poesía ya no tiene por qué tener rima ni ritmo, es la llamada “poesía en versículo”. Mientras que la prosa narra acontecimientos y el teatro representa acciones, la poesía es la expresión de los sentimientos.

Pero, realmente, ¿se mantienen estos criterios de la poesía infantil para los niños? La respuesta es que no se mantienen estos criterios para los niños, la poesía infantil suele seguir teniendo rima y ritmo, teniendo el ritmo más importancia que la rima porque les ayuda a memorizar, entender… Además, es muy difícil poner voces a los sentimientos de los niños, ya que el adulto le resultaría más complicado llegar así al niño, por lo que la poesía infantil suele ser narrativa, se cuenta una historia en la que el niño se vea reflejado. Por lo tanto, la poesía infantil tiene sus propias reglas.

Nos encontramos con una larga época en la que estos poemas eran escritos por adultos con una intención didáctica y moralizante, aprovechando este género para explicarles cómo hay que comportarse en la vida (como “El pastorcillo mentiroso”). Hasta los años 70, la poesía que se enseñaba a los niños en las escuelas trataba los temas que trataba la literatura infantil: el niño y su madre (la poesía no estaba escrita desde la perspectiva del niño, sino desde la perspectiva de la madre, así que era más un poema para la madre que para el niño), conceptos, objetos domésticos, animales, épica (se contaban hazañas, sobre todo romances), actitudes (como no mentir, ser generoso…), flores y plantas y el tema religioso. Reitero que siempre se hacía desde una perspectiva adulta, didáctica y moralizante, ya que los niños en Educación Infantil no se escolarizaban.

Algunos autores que escribieron poesía infantil fueron Rubén Darío, Francisco Villaespesa, Juan Ramón Jiménez, Federico García Lorca, Rafael Alberti, Adriano del Valle, Pura Vázquez, Clemencia Laborda, Gloria Fuertes... Aunque, hay que hacer cierto hincapié en esta última.

Gloria Fuertes llegó a ser una de las poetas infantiles más relevantes de nuestra historia. Comenzó escribiendo poesía para adulto. Pero, cuando se dio cuenta de que ser mujer y escritora de poesía era muy complicado, comenzó a preguntarse por qué la poesía tenía tan poca fama, dándose cuenta que era debido a la educación, a la enseñanza de la misma. Entonces, pensó que la única forma de que volviera a tener éxito era educándoles y enseñándoles la poesía desde pequeños. Cuando leyó poesía infantil antigua, se percató de que no era infantil, por lo que comenzó a leer poesía extranjera y se interesó por la poesía inglesa (“Nursery Rhymes”), sorprendiéndola el hecho de su absurdez (“nonsense”). Por lo que, Gloria Fuertes empezó a hacer poesía infantil no como la que ya existía, sino teniendo al niño como protagonista real.

¿Cómo es la poesía de Gloria Fuertes? La poesía de Gloria Fuertes afecta tanto a la forma como al contenido:

Forma

Fondo

Rima fácil y sonora

Narración cercana

Juegos de palabras

Concreción y síntesis

Ritmos marcados

Absurdo

Brevedad

Personajes llamativos

Juegos fonéticos

Fantasía

Invenciones léxicas

Experiencias reales

Onomatopeyas

Niños o animales personificados

Adjetivos sencillos y evocadores

Carácter lúdico

Simbolismo infantil

Elementos mágicos


LA PROSA:

Como he indicado brevemente en el bloque I, la literatura infantil, la prosa también, ha ido evolucionando en los últimos tiempos. La evolución más relevante que se ha producido en la prosa infantil es la importancia de que los autores conozcan a los niños a la hora de escribir sus obras, que se dirijan a los niños. Por lo tanto, es necesario conocer la psicología de los niños.

En los cuentos de prosa infantil debe haber una evolución paralela entre el niño protagonista (el protagonista del cuento) y el niño lector (niños que lo leen). Por lo que, en esta evolución paralela, el autor debe conocer:

· Intereses: el autor a la hora de escribir su obra debe tener gustos e intereses similares a los que tiene el niño, no intereses concretos, sino intereses más relacionados con la edad del niño.
· Vocabulario: debe ser semejante al de los niños, ya que a los niños les gusta que utilicen su forma de hablar, sus expresiones. Si el autor emplea un vocabulario como el de los adultos, los niños no se sentirán identificados. Por lo tanto, hay que usar las mismas palabras que ellos, pero sin cometer los errores que los niños cometen.
· Contexto: cuanto más parecido sea al contexto de los niños mejor. Por ejemplo, cuando en los cuentos, los niños van a la escuela.
· Psicología: deben pensar como piensan los niños, dependiendo de la etapa en la que estén. Por ejemplo, si un niño está en un período egocéntrico, le gustará un libro más centrado en el protagonista.

El niño protagonista se debe caracterizar por no ser un personaje plano, ser simple y cercano, ser un héroe cotidiano y ser “real” (no tiene porque ser un niño, ya que el niño está en una época animista, por lo que se puede identificar con un animal). El niño lector reconstruirá la historia desde su circunstancia.

En los libros buenos, no encontramos protagonistas buenos o malos, sino protagonistas que tienen valores positivos (activos, abiertos, objetivos, extrovertidos, alegres, optimistas…) y otros que tienen valores negativos (pasivos, cerrados, egocéntricos, tímidos, descontentos…), es decir, actitudes que te van a ayudar a ser feliz en tu vida o que te van a hacer daño.

Algunos autores españoles importantes de prosa infantil son:

· Salvador Bartolozzi, “Pinocho y chapete”.
· Elena Fortún, “Celia”.
· Borita Casas, “Antoñita la fantástica”.
· Emilia Cotarelo, “Mari Pepa”.
· Alejandro Casona, “Flor de leyendas”.
· José Mª Sánchez Silva, “Marcelino Pan y Vino”.
· Entre otros.



Algunos autores extranjeros importantes de prosa infantil son:

· Collodi, “Pinocho”.
· E. Rice Bourroughs, “Tarzán”.
· Mark Twain, “Tom Sawyer”.
· Félix Salten, “Bambi”.
· Juana Spiri, “Heidi”.
· Entre otros.


ANÁLISIS DE UN LIBRO INFANTIL

Lo primero que se debe hacer al analizar un libro infantil es una pequeña reseña bibliográfica del libro: autores, ilustrador, título, editorial, año de publicación.

Una vez realizado esto, se debe tener en cuenta el RECEPTOR de la obra. Así que, hay que leerlo y mirarlo (ver si las imágenes ayudan a desarrollar su fantasía, la creatividad…) y decidir para que edad es apropiado, ya que, por lo general, los álbumes de imágenes no tienen una edad indicada, así que hay que decidir la edad para la que va destinada el libro. Para conseguir todo esto, es necesario fijarse en diversos aspectos:

· Emisor: es el personaje que aparece en el libro que le transmite la información al niño, suele ser el personaje con el que se identifica el niño. Si no se identifica con nadie, será el narrador. Por tanto, se puede identificar con el protagonista o con un emisor neutro, alguien que cuenta y no se presenta.
· Tema: un tema que le importe, que le interese.
· Estructura: podemos encontrar tres tipos de estructuras: estructura básica de narración (planteamiento-nudo-desenlace), estructura acumulativa (una sola acción donde se van acumulando personajes al realizar esa acción o sus variantes) y asociación de las dos estructuras (planteamiento-nudo acumulativo-desenlace).
· Espacio y tiempo: deben ser neutros, no específicos, generales. Y si son un espacio y tiempo concretos, deben ser conocidos por el niño, un contexto que conozcan ellos.
· Ilustraciones: no deben ser estereotipadas, para que a los niños les permita desarrollar su creatividad. También, deben secuenciar lo suficiente la historia para que cuando lo lean solos, sepan cómo va la historia y les resulte más fácil leerlo.
· Lenguaje: tiene que ajustarse a su vocabulario, tienen que hablar como los niños. Así que, las frases deben ser cortas, con pocas subordinadas, escrito con figuras literarias (como las onomatopeyas), vocabulario ajustado a la edad del niño…
· Valores y contravalores: que sean entendidos por los niños. Para que sea un buen libro, los niños protagonistas tienen que acabar siendo positivos si en un principio son negativos.


1 comentarios:

Irune Labajo dijo...

Muy bien. Solo has de tener en cuenta lo siguiente:

- Existe teatro infantil publicado en formato libro... pero es para niños mayores (8 años mínimo). Los que citas, son de la primera mitad del siglo XX, que es cuando los escritores empiezan a tener en cuenta al público infantil. Después se han publicado muchos, muchísimos más... pero no para niños que no saben leer. No tendría sentido.

- En esta frase: "Reitero que siempre se hacía desde una perspectiva adulta, didáctica y moralizante, ya que los niños en Educación Infantil no se escolarizaban" te faltaría especificar que, además de escribir poemas desde la perspectiva adulta, los que se escribían NO ERAN PARA NIÑOS PEQUEÑOS (de ahí la última afirmación: "ya que los niños en Educación Infantil no se escolarizaban").

En todo este bloque yo he ido distinguiendo la literatura infantil para niños mayores (lectores) y para pequeños (prelectores). A estos últimos nadie les ha prestado atención hasta que comenzaron a escolarizarse (con la ley del 70) y, ya seriamente, con la LOGSE en los 90. Creo que es esta distinción la que te falta en toda la entrada.

- Deberías especificar también que los autores y los libros que citas son hitos importantes en la historia de la literatura infantil porque marcan la evolución de un concepto adulto o didáctico a lo que hoy podemos considerar realmente Literatura para niños.

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